La felicidad es una estación de parada en el camino entre lo demasiado y lo muy poco.
Channing Pollock
Si Dios ha muerto, todo está permitido.
Fiódor Dostoyevski
Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes.
Friedrich Nietzsche
El mundo entero está sembrado de trampas, asechanzas y ardides para la captura de los hombres por las mujeres.
George Bernard Shaw
En una bandada de blancas palomas, un cuervo negro añade más belleza incluso que el candor de un cisne.
Giovanni Boccaccio
La felicidad de los malvados como un torrente pasa.
Jean Racine
Nos apoyamos sobre todo en el boca a boca, no en vano Internet es una formidable caja de resonancia.
Jeff Bezos
Los escritores no leen por diversión.
John Irving
Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo.
José Martí
Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: 'Con todos y para el bien de todos.
La libertad se alcanza por el pleno goce de todas las facultades y potencias humanas para cada uno por la educación, por la instrucción científica y por la prosperidad material. Esto solo puede ser dado por el trabajo colectivo, material e intelectual, muscular y nervioso de la sociedad entera.
Mijaíl Bakunin
Cuando estás enamorado de alguien, estás enamorado de su rostro y se convierte en un rostro que no se parece a ningún otro.
Milan Kundera
Aunque la Ruta de la Seda es terriblemente fascinante, vuestra Europa es todo un desafío. Encuentro, sin embargo, maravilloso que tenéis estados realmente pequeños que no son capaces, si quiera, de contener su propio nombre.
Paula Scher
Podrán doblarnos, pero no podrán rompernos; podrán cansarnos, pero no podrán rendirnos.
Rafael Correa
Es lo que pasa cuando uno desea el dinero, lo consigue, y descubre que no le trae la felicidad, y sin embargo ambiciona todavía más, creyendo que al fin eso va a hacerle feliz.
Spencer Johnson
Nuestra libertad, nuestra paz y nuestra alegría en el presente es lo más importante que tenemos.
Thich Nhat Hanh