Reanudo mí día de conejo, mi noche de elefante en descanso.
César Vallejo
Esta tragedia se ve agravada por la ironía de que esta generación de periodistas es la mejor preparada y la más cualificada de la historia de su profesión. Pero, con frecuencia, se les prohíbe hacer el trabajo para el que han sido preparados.
Al Gore
Igual que el mendigo que creé que el cine es un escaparate, igual que una flor resignada decora un despacho elegante.
Amaia Montero
Pero no hay cerebro ni corazón que se sostenga en el aire; ni hay idealismo que subsista sin apoyarse en el esqueleto de la realidad, que es, en último término, la fuerza.
Ángel Ganivet
Aquí no pasa nada, salvo el tiempo: irrepetible música que resuena, ya extinguida, en un corazón hueco, abandonado, que alguien toma un momento, escucha y tira.
Ángel González
Hay mujeres como el gato.
Anónimo
Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, y de repente tú llegaste a mi vida con tus comentarios inteligentes, tu inocencia, tu belleza y tu tranquila temeridad y todo lo que había antes de ti empezó a parecer aburrido, vacío, mediocre. Ya no era nada.
E. L. James
La función del liberalismo en el pasado era poner un límite a los poderes de los reyes. La función del verdadero liberalismo en el futuro será la de poner un límite al poder de los parlamentos.
Herbert Spencer
El castigo por las leyes camina por lento paso.
Juan Bautista Diamante
Todo lo que se necesita para tener éxito es ignorancia y confianza.
Mark Twain
La ciencia es un cetro en ciertas manos, al paso que en otras tan solo es un palitroque.
Michel de Montaigne
No comparto lo que dices pero defendere hasta la muerte tu derecho a decirlo.
Montesquieu
Contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar.
Proverbio
Si quieres saber cómo trata un hombre a su mujer y a sus hijos, mira cómo trata sus libros.
Ralph Waldo Emerson
El símbolo de la casa de El significa esperanza, y esa esperanza alberga la creencia en el potencial de cada uno para ser una fuerza al servicio del bien.
Russell Crowe
El que de amor la tiranía siente, ya al principio, ya al fin, es desgraciado; sólo es feliz quien goza el bien presente, sin que a su idea sirvan de cuidado los males que pasó de pretendiente, ni los que pasará de jubilado.
Tomás de Iriarte