Amo la rabia de perderte, tu ausencia en el caballo de los días, tu sombra y la idea de tu sombra.
César Moro
Mi patria son los amigos.
Alfredo Bryce Echenique
Enseño Gramática con orgullo en el estudio de Salamanca, el más lúcido de España, y por consiguiente de la redondez de todas las tierras.
Antonio de Nebrija
Lo han alcanzado los buenos hijos de México, combatiendo solos, sin auxilio de nadie, sin recursos ni los elementos necesarios para la guerra. Han derramado su sangre con sublime patriotismo, arrastrando todos los sacrificios antes que consentir en la pérdida de la República y de la libertad.
Benito Juárez
Aplazar los asuntos es una manera de matarlos despacio.
Carlos Marzal
¿Quién hay que no sea justiciable de alguna de estas dos grandes faltas: hacer verter lágrimas, o no haberlas enjugado?
Concepción Arenal
A mí el tema de la muerte me suena a música celestial.
Enrique Tierno Galván
La conciencia pertenece a un orden mucho más elevado que dos más dos. Es claro que después de dos más dos, no nos quedará ya nada sobre lo que obrar ni nada que descubrir.
Fiódor Dostoyevski
Sólo el infortunio puede convertir un corazón de roca en un corazón humano.
François Fénelon
No tener casa debe ser una cosa horrible, la cosa más horrible que existe.
Gertrud Von Le Fort
Al que quiere aprender a rezar, embárcale.
H. G. Wells
Lo nuestro es idioma, lo que hablan los demás son dialectos, y Lo que hacen los blancos es arte y lo que hacen otras razas es artesanía.
Isabel Allende
La felicidad es la armoniosa satisfacción de las tres grandes necesidades que tenemos los seres humanos: pasarlo bien, mantener unas relaciones afectivas satisfactorias y ampliar nuestras posibilidades vitales.
José Antonio Marina
Los seres que no poseen elemento corpóreo no están sujetos a destrucción o daño; por consiguiente la verdadera obra de Dios es toda buena, pues que es existencia.
Maimónides
La vida misma, cada momento de ella, cada gota de ella, aquí en este instante, ahora, en el Sol, en Regent's Park, fue suficiente, de hecho, demasiado.
Virginia Woolf
Estamos viviendo entre las penas y las ruinas.
Wendell Berry