Cuando usted entra en un país de libertades y derechos, no sólo goza de esas ventajas, tiene también las mismas obligaciones que los demás. Lo que este país tiene lo han conquistado sus habitantes con su esfuerzo y su sudor, sea un parque, sea lo que sea. Un país, un barrio, una escalera nunca pueden gobernarse con las normas del último que llega.