Intenta convencerte de que la muerte no debe ser temida: de hecho ésta, si no es un bien, es al menos el fin de todos los males.
Catón
Debajo de cada enfermedad está la prohibición de hacer algo que deseamos o la orden de hacer algo que no deseamos. Toda curación exige la desobediencia a esta prohibición o a esta orden.
Alejandro Jodorowsky
A la pregunta estúpida de "¿Por qué yo?" el cosmos apenas se molesta en responder "¿Por qué no?".
Christopher Eric Hitchens
Dichoso el que no ha conocido nunca el sabor de la fama; el tenerla es un purgatorio; perderla, un infierno.
Edward Bulwer-Lytton
Para estar bien con alguien, hace falta estar primero bien con uno mismo.
Enrique Rojas
Un gran hombre demuestra su espíritu con palabras delicadas y acciones firmes.
Felipe Stanhope de Chesterfield
Creo que lo bonito esta en el interior y nunca envejece.
Françoise Sagan
Tenía capacidad para sorprender, como todos los imbéciles mayúsculos, y por supuesto para irritar de nuevo en un solo segundo.
Javier Marías
Quiero serte fiel hasta con el pensamiento.
Jorge Celedón
Entre las nieblas pálidas la luna aparecía.
José Asunción Silva
Ha practicado la solidaridad como no he visto en ningún Gobierno en la historia de América Latina, por lo menos hasta donde yo puedo hacer memoria.
José Mujica
Pido también a Dios y deseo con toda mi alma que siempre os sintáis en presencia de Dios, porque esto anima la oración y hace crecer todas las virtudes.
Marcelino Champagnat
En política, no se debe hacer nada, porque la mitad de los problemas de todos modos no tiene solución y la otra mitad se resolverá sola. En política, hay que saber esperar.
Ryszard Kapuściński
Esos mitos de que se rompen tacones, de que se rompen vestidos, son totalmente falsos.
Stefanía Fernández
Muere al mundo, desechando su locura. Vive para Dios, rechazando por medio de su conocimiento tu viejo.
Taciano
Tuve una vez en mis manos a uno de esos pájaros. Había muerto y caído a la tierra. Sus alas extendidas tenían el ancho de mis hombros, y el tamaño de su cuerpo no era mayor que el de mi dedo meñique. Pero esos pájaros no tienen patas. Duermen en el viento, y sólo caen a la tierra cuando mueren.
Tennessee Williams