Somos todos los trozos de lo que recordamos. Tenemos en nuestro interior las esperanzas y los temores de aquellos que nos aman. Mientras haya amor y memoria, no existe la auténtica pérdida.
Cassandra Clare
Medita un momento: ¿Has oído alguna vez que amigo y enemigo habiten en un corazón? Echa entonces al extraño, para que el amigo entre en su morada.
Baha'ullah
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
Buda Gautama
Los buenos aborrecen el vicio sólo por amor a la virtud. Tú no te harás culpable de nada por temor al castigo.
Horacio
Siempre he pensado que ser abogado te da carta blanca para robar.
Javier Bardem
El mejor olor del mundo es el del hombre que amas.
Jennifer Aniston
Las madres siempre lo saben.
Mark Ruffalo
Así hasta esto tuvo en su favor Argesilao: entrar a mandar sabiendo obedecer.
Plutarco
Supongo que cuando el borracho razona consigo mismo acerca de su vicio, ni una sola vez entre quinientas se deja influir por los peligros a que le expone su brutal insensibilidad.
Robert Louis Stevenson
¡Cuán grande es la locura de los que se forjan esperanzas a largo plazo!
Séneca
En los momentos más trágicos me río o enciendo un cigarrillo y me echo al suelo y te miro como si nada malo tuviera que suceder. Ciertas posturas nos hacen creer en la felicidad. A veces estar acostada me hizo creer en el amor.
Silvina Ocampo
El mundo, día de un año, cuantos amantes se dan la mano sin ver distancias ni cercas, ni mares, ni largos años frente a los prejuicios se ven hermosos y dicen que al fin nunca llegan tarde para que un amor los haga dichosos y así dan cuenta de un buen amor.
Silvio Rodríguez
La duda es útil, mantiene viva tu fe. Después de todo, no puedes conocer la fuerza de tu fe hasta que esta se ponga a prueba.
Suraj Sharma
Es mejor saber poco y entender poco, pero con humildad, que saber muchísimo, pero con soberbia.
Tomás de Kempis
En estos pensamientos he puesto un rayo de sol, para la noche infinita que me espera.
Valeriu Butulescu
Si bien amor toma a la Razón por médico, no le admite nunca consejero.
William Shakespeare