Encerrarte en palabras... ¡Que tú, tú, quepas en verbos, nombres, y adjetivos intactos! Que yo lo pueda decir todo: lo nuestro, esto que hacemos y estaremos haciendo siempre, eternísimamente: hablar, callar, ser tú y yo siéndonos nuestros. Yo no te pregunto adónde me llevas. Ni por qué. Ni para qué. ¿Tú quieres caminar?, pues yo te sigo.