La juventud es una novia caprichosa. No sabemos entenderla ni valorarla hasta que se va con otro para no volver jamás...
Carlos Ruiz Zafón
No hay como los poetas y las mujeres para tratar el dinero como se merece.
Abel Bonnard
Sí quiero saber, si tú también recuerdas algo de aquel café, que espero a veces sin entender, por qué
Amaia Montero
Nadie pregunta por aquello que prefiere ignorar.
No me gusta el rugby por violento, sino por inteligente.
Françoise Sagan
Es sorprendente pensar que millones de personas, en mi época -y supongo que también ahora-, podían creer que, en un momento dado de la historia, dos seres humanos han evolucionado hacia un estado superior al de todos los dioses que ha habido o habrá. Esto es titanismo, como dirían los griegos. Locura.
Gore Vidal
El corazón que despierta tarde cree que despierta a tiempo, y por eso las mujeres que aman de viejas, aman como jóvenes.
Ignacio Manuel Altamirano
Queremos el Mundo, ¡y lo queremos ahora!
Jim Morrison
Vive rápido, muere joven y dejar atrás un bonito cadáver.
John Belushi
Quiero recordarles a mis camaradas, principalmente a los más jóvenes, que hoy promedian las edades de 58 a 68 años, que aún están en aptitud física de combatir, que en caso de continuar sosteniéndose este injusto encarcelamiento y denotación de los valores básicos ameriten el deber de armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República.
Jorge Rafael Videla
No necesito estar dormido para soñar con mierdas.
Josh Homme
¿Qué es el tiempo? Es una serpiente que come su cola.
Kurt Vonnegut
El único seguro que tienen los hombres para mantener su libertad política consiste en mantener su dinero en sus propios bolsillos.
Lysander Spooner
Realmente ningún ser humano indiferente ante la comida es digno de confianza.
Manuel Vázquez Montalbán
La poesía es la ambición de discurrir, que aspira a verse cargada de más sentidos y ungida de más música, que el lenguaje ordinario.
Paul Valéry
La salvación por la esclavitud carece de todo valor. Salvar de la esclavitud es de un valor inestimable.
Robert G. Ingersoll