La fuerza de mis brazos que te agobian tan dulcemente, el gran beso insaciable que se bebe a sí mismo.
Carlos Pellicer Cámara
Hay que inocularse todos los días de fantasía para no enfermarse de realidad.
Anónimo
La libertad no se conquista con flores si no a balazos.
Augusto César Sandino
Aunque muchos son sabios en latín, suelen ser grandes necios en romance.
Baltasar Gracián
La Luna es suficiente para disipar la oscuridad de la noche, lo que ni siquiera millones de estrellas pueden hacer.
Bhaktivedanta Swami Prabhupada
Algunas veces debemos aceptar las verdades con humildad, tal vez seamos tan orgullosos que pensemos que se nos pide más de lo que realmente podemos dar.
Blanca Miosi
La moda se pasa de moda, el estilo jamás.
Coco Chanel
Hay muchas maneras de tocar blues, pero siempre será blues.
Count Basie
Si pretendemos el triunfo en la gran contienda ideológica de esta época, es preciso, sobre todo, que nos percatemos exactamente de cual es nuestro credo.
Friedrich Hayek
Hay que atreverse, atreverse otra vez, y seguir atreviendose.
Georges-Jacques Danton
No 'actúes'. Si estás fumando un cigarro, fúmatelo, no actúes como si te lo estuvieses fumando.
James Dean
La historia de la separación y de la aguda oposición final entre lo útil y lo bello es la historia del desarrollo industrial por el que mucha producción se ha convertido en una especie de vida diferida, y el consumo, en un goce impuesto de los frutos de la labor de otros.
John Dewey
No necesitas una espada para cortar dos flores.
John Lennon
Mi canto necesita respirar: la poesía no es poesía ni la prosa es prosa. He soñado que eres la última palabra que me ha dicho Dios cuando os he visto en sueños, y se hizo el Verbo.
Mahmud Darwish
La corrupción raras veces comienza por el pueblo.
Montesquieu
Los que conocen la estrecha relación que existe entre el estado de ánimo de una persona -su valor y sus esperanzas, o la falta de ambos- y la capacidad de su cuerpo para conservarse inmune, saben también que si repentinamente pierde la esperanza y el valor, ello puede ocasionarle la muerte.
Viktor Frankl