La patria concebible es la autobiografía, el contarle a algunos que se ha sido alguien.
Carlos Monsiváis
Entre todas las formas de cautela, la cautela en el amor es, posiblemente, la más letal para la auténtica felicidad.
Bertrand Russell
Cuando conocimos a Tom Cruise, realmente hace pocos años, dije ¿no es Cruise un nombre realmente bonito? Y Cruz vino de ahí. Tom fue una de las primeras personas que llamamos cuando Cruz nació
David Beckham
La gente aprende a amar sus cadenas.
Emilia Clarke
El mejor adorno de una mujer lo constituye el silencio y la modestia.
Eurípides
Si de esta guerra no surge ningún poeta ni música alguna, es que ya no los hay en absoluto.
Franz Marc
Hay ciertas cosas en las que la mediocridad es intolerable: la poesía, la música, la pintura, la elocuencia pública. ¿Qué tortura es escuchar un discurso frío se pomposamente declamado o de segunda categoría verso hablado con ampulosidad todo mal poeta Sitio!
Jean de la Bruyere
La guerra es una fórmulairracional con que se pretende resolver un problema insoluble.
José Selgas
¡Por ese niño de cabellos claros, esta copa de olvido alegre bebo!
Laura Victoria
... cuando se me presentó el momento de tomar puesto en el Escalafón estaba ya convencido de mi poco amor al trabajo metódico y disciplinado de las oficinas, y renuncié a él para dedicarme a pensar en mis cosas; ya estaba poseído por la fiebre del inventor que había de padecer toda mi vida.
Leonardo Torres Quevedo
Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo.
Mahatma Gandhi
No trates de escribir la música, deja que esta se escriba sola.
Michael Jackson
El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas. Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar las barreras sociales.
Nelson Mandela
Salud y que, en las sumas y restas, gane el mañana.
Subcomandante Marcos
¿Por qué los escritores escriben? Porque no está allí.
Thomas Louis Berger
Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito el hombre que respete estas piedras, y maldito el que remueva mis huesos.
William Shakespeare