Uno es lo que es gracias a la gente que le rodea.
Carlos Herrera
Aunque uno puede dejar de encontrar la felicidad en la vida teatral, nunca se desea renunciar a ella después de haber probado sus frutos.
Anna Pavlova
Amor es duende importuno, que al mundo asombrado tray, todos dicen que le hay, y no le ha visto ninguno.
Antonio de Solís y Ribadeneyra
Me encantaba subir a causa de la libertad, y con el tiempo y el espacio. Recuerdo que viene de Everest por última vez, pensando en papá y deseando que él podría haber visto lo que vi. Él le habría encantado.
Bear Grylls
El hombre atareado tiene pocos visitantes ociosos: a la olla que hierve no acuden las moscas.
Benjamin Franklin
Sólo lo que está condenado a morir es capaz de vivir. Sólo lo que muere vive. ¿Por qué cree usted que mataron a Cristo? Lo mataron para probar que no era un dios. Pero al matarlo inmortalizaron lo perecedero, convirtieron al hombre en un.
Giannina Braschi
Las producciones del espíritu humano, como las de la naturaleza, sólo pueden explicarse por el medio que las produce.
Hippolyte Taine
La vida es una cadena de necedades de las que no es la menor la de no querer hacerlas.
Ignacio Manuel Altamirano
Cuando el sol comienza a herir, come de mi mano... hoy he tomado drogas, que me hacen hablar...
Nacho Vegas
La maldad aún con nobleza es digna de desprecio.
Plutarco
Comienzo con la premisa de que la función del líder es producir más líderes, no más seguidores.
Ralph Nader
Es tan pobre mi presente que se endueda sonando y tan rico mi pasado que sigo recordando.
Ricardo Arjona
La pasión en decadencia, la emoción en banca rota; sufrirá la descendencia, las infamias de tu boca.
Podemos decir que el Zen libera todas las energías apropiada y naturalmente almacenadas en cada uno de nosotros, que, en circunstancias ordinarias, se hallan trabadas y distorsionadas de modo que no encuentran un cauce adecuado para entrar en actividad.
Teitaro Suzuki
Yo no bebo agua, los peces fornican en ella.
W. C. Fields
Nunca dejes que desaparezcan las fantasías, las vacaciones nunca son en el hogar.
William Cowper