El colecho no es una consecuencia de la pobreza o la falta de habitaciones, sino que se considera fundamental para la correcta educación del niño.
Carlos González
Las personas no se dejan vencer por las circunstancias o por fuerzas que vienen de fuera, sino por las que nacen en el interior de sí mismos.
Banana Yoshimoto
Las monjas y las mujeres casadas son igualmente infelices, pero de distinta forma.
Cristina De Suecia
Ojos claros, serenos, ya que así me miráis, miradme al menos.
Gutierre de Cetina
La presencia in situ de equipos de televisión desencadena, especialmente en casos de manifestaciones masivas, una efervescencia artificial vorazmente filmada por las cámaras.
Ignacio Ramonet
No hay medio de averiguar lo que un individuo es capaz de hacer sino dejándole que pruebe, y el individuo no puede ser reemplazado por otro individuo en lo que toca a resolver sobre la propia vida, el propio destino y la felicidad propia.
John Stuart Mill
El reconocimiento y la aceptación constituyen un alimento profundo para el alma y una puerta abierta a la bondad que nos conecta directamente con el corazón del otro.
Jon Kabat-Zinn
Nosotros luchamos por la Dictadura del Proletariado, por los Soviets. Lo declaramos paladinamente, porque nosotros como Partido del proletariado, no renunciamos a nuestros objetivos.
José Díaz Ramos
Ellos se rien de mí por ser diferente, yo me rio de todos por ser iguales.
Kurt Cobain
Odio los pueblos pequeños, porque una vez que has visto el cañón en el parque ya no hay nada más que hacer.
Lenny Bruce
Hay ciertas cariátides políticas que se presentan con máscaras trágicas o grotescas, como si soportasen sobre sus espaldas todo el peso del edificio del Estado, y resulta que no son más que la parte inferior de la casa.
Ludwig Börne
Yo soy Nezahualcóyotl, soy el cantor, soy papagayo de gran cabeza. Toma ya tus flores y tu abanico ¡Con ellos ponte a bailar!
Nezahualcóyotl
Una muñeca de barro es fragante al sol, me vuelvo hacia mí.
Niji Fuyuno
El tiempo ha llegado a ser para mí el bien supremo. Cuando veo a los hombres pasearse, vagar o malgastar el tiempo en discusiones vanas, me dan deseos de ir a una esquina a tender la mano como un mendigo: Dadme una limosna, buenas personas; dadme un poco del tiempo que perdéis, una hora, dos horas, lo que queráis.
Nikos Kazantzakis
Preferiría romperme un brazo jugando a Paracaidistas del Infierno que tener que llamar a mis viejos desde el cuartelillo. De hecho, antes preferiría romperme los dos brazos y pillármela con la bragueta. Bueno, eso último tal vez no.
Stephen King
El dinero vale por veinte oradores.
William Shakespeare