Necesito, luego imagino.
Carlos Fuentes
Richard era abogado. Los hombres de su familia eran o abogados o corredores de bolsa. Nunca se referían a lo que hacían en el trabajo como si fuese un negocio. Jamás se referían a lo que hacían en el trabajo. Hablar de ello era algo vulgar; hablar de cómo te iba era imperdonablemente vulgar.
Alice Munro
El amor puede incluso detener la marcha del tiempo.
Bruno Cicognani
Todo en la novela es del autor y es el autor.
Carlos Castilla del Pino
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero un hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona.
Confucio
La poesía es una mentira que nos hemos inventado para hacernos creer que a ratos podemos ser tiernos y civilizados.
David Trueba
Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte.
Goethe
Educar a un niño requiere mucha paciencia. En especial por parte del niño.
Jaume Perich
El deseo de un aumento de la riqueza puede ser satisfecha a través del intercambio, que es el único método posible en una economía capitalista, o por la violencia y la petición como en una sociedad militarista.
Ludwig von Mises
La mano es el instrumento de sus deseos.
Maria Montessori
En el proceso de la observación puede reconocerse cinco elementos: objeto de la observación, el sujeto u observador, circunstancias de la observación, medios de observación y cuerpo de conocimiento.
Mario Bunge
No honres a tu señor más de lo que a los dos conviene.
Ramon Llull
¿Hueles eso? ¿Lo hueles, hijo? Es el napalm. Me gusta el olor del napalm, sobre todo cuando amanece. Una vez bombardeamos una colina sin parar durante 12 horas y cuando acabamos de machacarla subí a ella. No encontré nada, salvo el cadaver de un viet. ¡Pero qué olor aquel! ¡Allí olía a victoria!
Robert Duvall
Procura en tus estudios no saber más que los otros, sino saberlo mejor.
Séneca
Si te casas lo lamentarás. Si no te casas, también lo lamentarás.
Søren Kierkegaard
Aun así, había límites. Los librepensadores eran gente encantadora, pero no deberían ir por ahí pensando lo que les diera la gana.
Terry Pratchett