Si os creéis que sois un Torcuato cualquiera, vais muy equivocados. Os vais a enterar de quien manda en España.
Carlos Arias Navarro
Amar como si no hubiera mañana.
Chavela Vargas
Si para la defensa bastare empuñar el escudo, no debe esgrimirse la espada.
Franciso de Vitoria
La luna sin espejo de la noche, la noche sin misterios por la luna, entonces me di cuenta, tienes una espalda tan hermosa como un ciervo.
Gloria Fuertes
Bolivia tuvo mar. Yo sueño con bañarme en una playa boliviana.
Hugo Chávez
Nada fortifica tanto las almas como el silencio; que es como una oración íntima en que ofrecemos a Dios nuestras tristezas.
Jacinto Benavente
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)
Jesús de Nazaret
Todas las oposiciones de mente y cuerpo, de materia y alma, de espíritu y carne, tienen su origen fundamentalmente en el temor de lo que la vida nos puede deparar.
John Dewey
Yo no busco un gran número de lectores, sino un cierto número de relectores.
Juan Goytisolo
La más horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo.
Mario Benedetti
El matrimonio es una cadena a la cual no se debe ligar a nadie violentamente.
Molière
Cuando la concentración impregna la mente y el cuerpo, el poder de la respiración se vuelve uno con el universo, extendiéndose suave y naturalmente hasta el límite absoluto, pero, a la vez, la persona se hace cada vez más autocontenida e independiente.
Morihei Ueshiba
La televisión posee las mismas capacidades que Medusa, porque todo el que la mira se convierte en piedra: durante el día, por las tardes, pero especialmente al caer la noche, el diabólico aparato inmoviliza a millones de personas que no pueden hacer nada por evitarlo.
Rafael Estrada Delgado
El propósito de la computación es la comprensión, no los números.
Richard Hamming
Aquella vez se perdieron tus ojos en los míos y yo sin detener el alma logré despedazar a tu tristeza.
Sara De Ibáñez
Vas a decirme que te traicioné. Y que vienes por mí. Y que debería tener mucho miedo. Bueno, déjame decirto algo, hermanito. Tú eres quien debería tener miedo.
Sarah Paulson