Nada sucede a menos que primero sea un sueño.
Carl Sandburg
Soy música. No estoy tratando de ser diplomática, ya sabes, tratando de conseguir mis 15 minutos. Sólo soy una música honesta.
Amy Winehouse
Si es arte, no es para todos, y si es para todos, no es arte.
Arnold Schönberg
Mi mano en el diapasón se afirma como una zarpa. Es que voy gritando cosas que me dicta la guitarra.
Atahualpa Yupanqui
La pena de muerte se convierte en un espectáculo y en un motivo de compasión desdeñosa para algunos; ambos sentimientos ocupan más el ánimo de los espectadores que no el saludable temor que pretende inspirar la ley.
Cesare Beccaria
Si la suciedad fuera un triunfo ¿Qué mano levantarías?.
Charles Lamb
No hay manera de mejorar las almas si no se las liberta.
François Guizot
Cómo nos doma el tiempo traidor, cómo todos estamos sometidos a la mutación.
Giordano Bruno
Me podrán robar tus días; tus noches no.
Joaquín Sabina
Un consejo para ser feliz: evitar el pecado y frecuentar la Santa Comunión.
Juan Bosco
La alienación religiosa es una alienación de segundo grado. Expresa en forma de teoría justificativa lo absurdo que la hace nacer. La alienación religiosa tiene su origen en la alienación económica y no podrá superarse mientras no se supere ésta.
Karl Marx
¿Cuánta innecesaria desesperación estará causada por una serie de desencuentros biológicos, por un mal alineamiento de las hormonas y las feromonas? La consecuencia de ello es que la persona a la que tan apasionadamente amas no te ama a ti, no puede amarte. En tanto que especie, somos patéticos en ese sentido: monógamos imperfectos.
Margaret Atwood
Hay que ceder al propio secreto hasta el punto en que la vista no está impedida de hacerlo. El sueño es lo único que lo revela para el soñante, que está solo, en forma de imágenes. Nunca se comparte el sueño. No lo compartimos siquiera con el lenguaje.
Pascal Quignard
No sientas vergüenza. Si yo pudiera soñar, soñaría contigo.
Stephenie Meyer
El día se suicida arrojándose al mar.
Vicente Huidobro
La autoestima no es tan vil pecado como la desestimación de uno mismo.
William Shakespeare