Matemáticos, de pie sobre los hombros de los demás.
Carl Friedrich Gauss
A veces nos paramos tanto tiempo a contemplar una puerta que se cierra que vemos demasiado tarde otra que se abre.
Alexander Graham Bell
En todos sus sueños más bellos, el hombre no ha sabido jamás inventar nada que sea más bello que la naturaleza.
Alphonse de Lamartine
Con buenos pensamientos puede hacerse pésima literatura.
André Gide
Haga siempre cualquier pregunta que tenga que hacer y no responda ninguna. Aproveche en su interés todo lo que oiga. Lleve siempre consigo material de repuesto. Gire a la izquierda el mayor número de veces posible. Nunca frene primero con el freno de delante.
Brian O'Nolan
¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños.
Carlos Ruiz Zafón
Tome sus placeres seriamente.
Charles Eames
No mide el tiempo la vida, sino el empleo.
Diego de Saavedra Fajardo
Así suele ocurrir, Sam, cuando las cosas están en peligro: alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para que otros las conserven.
J. R. R. Tolkien
Ajedrecista: los elegidos de la duda. Cada hombre deberá buscarse un fin propio, válido solamente para él y realizar su proyecto particular, que tiene un valor meramente subjetivo. Elegimos todo lo que somos, y somos eso que elegimos.
Jean-Paul Sartre
Los crímenes pequeños son objeto de persecuciones por parte de perros y policías. Los grandes son objeto de reverencia por parte de los historiadores.
Karlheinz Deschner
No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás.
León Tolstói
Llega un momento en que aspiramos a escribir algo peor.
Oliverio Girondo
Mientras el individuo desaparece frente al aparato al que sirve, éste le provee mejor que nunca. En una situación injusta la impotencia y la ductilidad de las masas crecen con los bienes que se les otorga.
Theodor Adorno
El amor está continuamente en vela y durmiendo no duerme.
Tomás de Kempis
El amor es igual que un árbol; se inclina por su propio peso, arraiga profundamente en todo nuestro ser y a veces sigue verdeciendo en las minas de un corazón.
Victor Hugo