Todos los conceptos tales como causalidad, secuencia, átomos y elementos primarios, son todos creaciones de la imaginación y manifestaciones de la mente.
Buda Gautama
Los astros tienen sueño, soñaré con los astros: es víspera del sueño.
Aída Cartagena Portalatín
Vete, vete y cierra la puerta, que no quiero verte salir de mi vida.
Alejandro Sanz
No hay globalidad que sirva, sin localidad que valga.
Carlos Fuentes
No puedes dejarte vencer por las influencias externas. No eres un muñeco que busca la aceptación de otros. No puedes convertir tu vida en un trabajo que no te llene, ganar algo de dinero y seguir a los llamados líderes. No puedes seguir las costumbres de otros, escuchar habladurías sin sentido y esperar un golpe de suerte.
David Valois
Había aprendido mucho tiempo atrás que lo más valioso era lo que los demás necesitaban, aquello por lo que estaban dispuestos a pagar cualquier precio.
Fernando Trujillo Sanz
Hábito el de fumar repugnante a la vista, detestable al olfato, perjudicial al cerebro, peligroso para los pulmones y, por su humo negro y pestilente, semejante en gran manera al humo horrible de la laguna Estigia, de aquel abismo que no tiene fondo.
Jacobo I de Inglaterra
Al escribir proyectas un mundo a tu medida.
Jesús Fernández Santos
Si no te gusta lo que te sucede, cambialo, tú no eres un árbol.
Jim Rohn
Lo malo del después son los despojos que embalsaman los pájaros del sueño, los móviles que insultan con los ojos.
Joaquín Sabina
Lo justo, a veces por el modo de defenderlo, parece injusto.
José Martí
El bienestar de la mayoría prevalece sobre el bienestar de la minoría o sobre la de uno solo.
Leonard Nimoy
¡Cuánto mejor me hubiera sido ser portero en un monasterio, que no tener en mis manos las llaves del cielo!
Papa León XI
Desde un punto de vista estructural, el diseño es completamente inútil.
Philippe Starck
No te preocupes por no ser conocido. Preocúpate por ser digno de que se te conozca.
Proverbio Chino
Es tan grande el placer que se experimenta al encontrar un hombre agradecido que vale la pena arriesgarse a no ser un ingrato.
Séneca