Y si tengo que tranquilizar a una chica de 19 años, soy como un enfermo de parkinson haciendo de neurocirujano con una llave inglesa.
Bruce Willis
Eres más guarro que la Potitos.
Alberto Chicote
El final y la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y enfermedades de los que sometemos.
Alejandro Magno
La moral descansa naturalmente en el sentimiento.
Anatole France
Puedo imaginarme una época a la que nuestros conceptos religiosos le resulten tan extraños como a la nuestra el espíritu caballeresco.
Georg Christoph Lichtenberg
El anarquismo, como solución práctica, no conduce a ninguna parte, y como teoría, tampoco, pero es una cosa simpática.
Gonzalo Torrente Ballester
La crítica convertida en sistema es la negación del conocimiento y de la verdadera estimación de las cosas.
Henri-Frédéric Amiel
Indigno... cobarde.
Mariano Rajoy
No se vende criticidad, solidaridad, liberación, con los mismos recursos con que se vende Coca-Cola.
Mario Kaplún
Para hacer la vida soportable, hay que acostumbrarse a las injurias del tiempo y a las injusticias de los hombres.
Nicolas Chamfort
Un sólo deseo me embarga: el de descubrir lo que se oculta tras lo visible, de horadar el misterio que me da la vida y me la quita, y de saber si una presencia invisible e inmutable se oculta más allá del flujo incesante del mundo.
Nikos Kazantzakis
El Amor es una rica, fuerte, generosa expresión de nuestras vidas, la personalidad del hombre en su más perfecto desarrollo.
Paulo Coelho
Pequeño mundo soy, y en esto fundo que en ser señor de mí, lo soy del mundo.
Pedro Calderón de la Barca
Dejaste tu sombra merodeando sin permiso por la casa, la huella en la alfombra de tu espalda como un cráter en la luna y tu reflejo en el espejo.
Ricardo Arjona
Es menor un peligro real que un horror imaginario.
William Shakespeare
Reconciliar al mundo es demasiado ambicioso, pero al menos se puede formar a los niños para ser respetuosos hacia las diferencias, que son lo único que nos permite aprender: Si todos fuéramos iguales, no podríamos ofrecernos nada unos a otros.
Yehudi Menuhin