Ser rico sólo tiene una desgracia: tener que convivir con otros ricos.
Bruce Marshall
La palabra que anuncia una idea es utilísima, porque es el primer paso para realizarla.
Ángel Ganivet
El amor es como el agua: si no hay algo que lo conmueva, se corrompe.
Arturo Graf
Como el viajero que al volver de un largo viaje, es recibido por su familia y amigos, del mismo modo las buenas obras hechas en esta vida, nos recibirán en la otra, con la alegría de dos amigos que se vuelven a encontrar.
Buda Gautama
A algunos el domingo les gusta, a mí no.
Celia Imrie
¿Alguno me ha escuchado decir que voy a ir a la reelección en 2011? No se hagan los rulos.
Cristina Fernández De Kirchner
Pero cuando escribes un email, deberás hacerlo como si le estuvieras escribiendo sólo a una persona que conoces muy bien, pese a que ese email será enviado a miles de personas. Cada receptor lo leerá como si sólo a él le hubiera sido enviado, como si tú le hubieras escrito directo a él.
Franck Scipion
Lo que gobierna a los hombres es el miedo a la verdad.
Henri-Frédéric Amiel
Y ¿no es extraño que el gran acontecimiento, el cambio radical en tu vida, consista en una especie de revelación interior? No se produce absolutamente ningún otro cambio, salvo que empiezas a ver las cosas de otro modo y tienes menos miedo y estás menos angustiada y te sientes más fuerte, como consecuencia.
Jonathan Franzen
Cuando la muerte ha igualado las fortunas, las pompas fúnebres no deberían diferenciarlas.
Montesquieu
Aún sigo en paz conmigo mismo, por no lanzarme al abismo de venderme al mejor postor.
Nach
Hace falta más valor para sufrir que para morir.
Napoleón Bonaparte
Yo quisiera correr entre las sombras, y llevando en las manos apretadas el deseo de un año en cada dedo. Cual si llevara ofrendas, de flores y de espigas, hasta ti.
Nazik al Malaika
Nuestros éxitos son más felices mezclados con tristezas.
Pierre Corneille
La vida tiene su lado sombrío y su lado brillante; de nosotros depende elegir el que más nos plazca.
Samuel Smiles
Si me distraigo, la Eucaristía me ayuda a recogerme. Si se ofrecen cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me armo cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía. Si necesito una luz especial y prudencia para desempeñar mis pesadas obligaciones, me acerco a mi Señor y busco Su consejo y luz.
Tomás Moro