Los críticos son como los eunucos en el harén: saben cómo se hace, lo ven todos los días, pero no saben cómo hacerlo.
Brendan Francis Behan
No tienes buenas ideas, si no estás dispuesto a ser responsable de las mismas.
Alan Perlis
Sólo se puede aprender a ser mejor escritor escribiendo.
Doris Lessing
Risas hay de Lucifer... Risas preñadas de horror... Que en nuestro mezquino ser como su llanto el placer, tiene su risa el dolor.
Eulogio Florentino Sanz
No he enviado a mi flota a luchar contra los elementos.
Felipe II de España
Como siempre vuelvo a ensayar y los pibes siempre están ahí... Hay un boomerang en la city, mi amor, todo vuelve, como vos decís.
Fito Páez
En la adversa fortuna suele descubrirse al genio, en la prosperidad se oculta.
Horacio
Las cosas no desaparecen, simplemente cambian, y cambian, y cambian de nuevo.
Jim Henson
Se aferró a ese jirón de esperanza. Sabía que le amaba. Eso no había cambiado. La misma noche anterior había hecho el amor de forma frenética, como alguien que saciara una sed terrible. Y después de que él quedara satisfecho había rodado encima de él, besándole con avidez, jadeando entre su barba mientras gozaba una y otra vez, hasta quedar tan exhausta de placer que no pudo seguir.
Ken Follett
Un gran político, un gran comandante, ha de ser primero un hombre genuino.
Kim Jong-il
No estoy de acuerdo con los seguidores de Marx y los de Adam Smith: la razón por la que los mercados libres funcionan es porque dejan que la gente tenga suerte, gracias al agresivo método del ensayo y error, y no dan a las personas recompensas ni incentivos por su destreza.
Nassim Taleb
Hay que escoger entre amar a las mujeres o conocerlas: no hay término medio.
Nicolas Chamfort
En los días que corren la gente sabe el precio de todo y el valor de nada.
Oscar Wilde
Los hombres llegan a ser viejos, pero nunca llegan a ser buenos.
El poder de la instrucción es, en general, poco eficaz, excepto en las felices ocasiones en que es casi superfluo.
Richard Feynman
La butaca que giraba en el vagón panorámico volvió a su memoria. Era como si viera su propia soledad, que giraba y giraba dentro de su corazón.
Yasunari Kawabata