Nada es sagrado, todo está a la venta.
Bradley Cooper
Las distinciones raciales no deben tener cabida en el deporte.
Barón Pierre de Coubertin
Nací en Tacuarembó, lo que por sabido es ocioso aclarar.
Carlos Gardel
El corazón dispone a la alegría que vecina tenía, y reserena su rostro, y enajena de sus ojos muerte, daños, enojos, sangre y guerra.
Garcilaso de la Vega
Con esa mano en mi hombro, lo juro, habría podido ir a cualquier parte del mundo, hacer frente a cualquier cosa.
Giacomo Mazzariol
¡Ay, qué insignificante el corazón, si llega a caer en manos del amor!
John Donne
El tribunal ha declarado que en internet no cabe la expectativa de privacidad cuando tú voluntariamente revelas información a terceros, y, dicho sea de paso, en internet todo el mundo es un tercero.
Julian Assange
La razón humana es como subir un hombre borracho a un caballo; lo subes por un lado, y se cae por el otro.
Martín Lutero
Nunca se ha librado una guerra en la que los contrincantes supieran a qué bando pertenecían. Los peligrosos de verdad creen que están haciendo lo que sea que estén haciendo tan sólo porque tienen una confianza ciega en lo que hacen. Y eso es lo que les convierte es peligrosos.
Neil Gaiman
La mente crea el puente, pero es el corazón el que lo cruza.
Nisargadatta
Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas.
Oscar Wilde
Si una mujer se vuelve a casar al quedarse viuda, odiaba a su primer marido; si un hombre se casa por segunda vez, adoraba a su primera esposa.
La sinceridad me ha traído muchas alegrías y poder echarme en mi cama a dormir tranquilo. Las canciones salen de esa comodidad conmigo mismo.
Pau Donés
Mi futura suegra escupía veneno. Sus ímpetus llevaban un ritmo mental sumamente curioso, pues oscilaban entre el homicidio compuesto y el asesinato triple. Al mismo tiempo que me sonreía con las mandíbulas, me daba puñaladas con los ojos.
Roberto Arlt
Quien habla mucho tiene algo que esconder; en cambio, quien calla con coherencia está convencido de algo.
Sándor Márai
Yo creo en un alma inmortal. La ciencia ha demostrado que nada se desintegra en la nada. La vida y el alma, por lo tanto, no puede desintegrarse en la nada, y por lo tanto son inmortales.
Wernher von Braun