Nuestra vida es nuestra gran depresión.
Brad Pitt
No juego para ganar balones de oro, juego para ser feliz.
Andrés Iniesta
La belleza tiene un limite, la fealdad no.
Anónimo
Los exámenes son formidables incluso para el mejor preparado, ya que el mayor estúpido puede preguntar más de lo que el mayor sabio pueda responder.
Charles Caleb Colton
Bueno es que se obedezcan las leyes. El pueblo comprende lo que las hace justas. No se las abandona. Cuando se hace depender su justicia de otra cosa, es fácil tornarla dudosa.
Conde de Lautréamont
No puedes recorrer el sendero antes que el sendero seas tú mismo.
Helena Blavatsky
Hasta para someterse, hay que ser libre; para darse, hay que pertenecerse.
Jules Michelet
El mundo imaginario que brota de mi alma perniciosa es sólo comparable al altar de un recinto sagrado.
Junichiro Tanizaki
Las dudas son más crueles que la peor de las verdades.
Molière
Acusándote de no ser igual, cuando en un mundo global, buscar comida en otra tierra te convierte en ilegal.
Nach
No lleves un gato muerto al veterinario. Es decir, por poder podrías, pero ¿para qué?
Neil DeGrasse Tyson
Nuestra finalidad en la vida no es tener éxito, sino continuar fracasando con el espíritu en alto.
Robert Louis Stevenson
Si valoramos ampliamente el papel, en último extremo decisivo, de los aparatos ideológicos del Estado capitalista, se infiere que darles la vuelta, no obstaculizando sino favoreciendo los procesos en curso, es una parte capital de toda estrategia revolucionaria moderna.
Santiago Carrillo
El pensamiento es donde las palabras deben dormir mucho tiempo, con el fin de nacer nuevas y puras.
Stéphane Mallarmé
La palabra nos diferencia de las bestias; pero hay palabras bestiales.
Virgilio Olano
Antes, los eruditos sabían chino y escribían una prosa correcta y armoniosa. La gente no habla así. Todos los días aparecen palabras nuevas, simpáticas como esas ratitas. Y, como a esas ratitas, no les importa lo que roen. Las palabras cambian con tanta rapidez que uno experimenta vértigo. Por eso su vida es muy breve, y aunque sobrevivan se vuelven obsoletas... Como las novelas que escribimos.
Yasunari Kawabata