A veces amar es una pesada cruz, pero tú eres tan simplemente bella... El secreto de tu gracia es igual a la clave del enigma de la vida.
Borís Pasternak
Todo lo que vas a ser, ya lo eres. Lo que vas a saber, ya lo sabes. Lo que vas a buscar, ya te busca, está en ti.
Alejandro Jodorowsky
Tengo muchas cosas que decir y bastante material adelantado. El mundo, desgraciadamente, nos ha dado mucho de qué hablar. Nos hemos vuelto más conscientes de dónde vivimos.
Alejandro Sanz
El amor es una fuente inagotable de reflexiones: profundas como la eternidad, altas como el cielo y grandiosas como el universo.
Alfred de Vigny
Soy de carne y hueso, pero no soy humano. Dejé de ser humano hace 200 años.
Brad Pitt
La copa está, sólo apenas por la mitad pero tú, que felicidad... No la ves vacía, vuelve a mirar, imagina y vuelve a pensar que te puedes emborrachar, pero de alegría.
Eladia Blázquez
Y si recuerdas tu sueño, dime, ¿Estoy en él?
Enrique Bunbury
Olviden los rumores de nuestra separación, estaremos juntos hasta la muerte.
Freddie Mercury
Afrontar la realidad parece sencillo, pero no lo es. Lograr que la gente afronte la realidad es el primer paso hacia una solución adecuada.
Jack Welch
Ojalá puedas vivir todos los días de tu vida.
Jonathan Swift
Aficionados del Madrid: José Mourinho! José Mourinho! José Mourinho!
José Mourinho
¡Qué maravilloso es el mundo con GaGa en él!
Lady Gaga
Es sabido que la emoción del amor está ligada al estado de ánimo conocido como la fe, y esto se debe que el amor se aproxima mucho a traducir los impulsos de pensamiento propios en su equivalente espiritual.
Napoleon Hill
Cuanto más felices pueden ser las personas, más infelices se vuelven.
Paulo Coelho
¡Prensa omnipotente, señora del mundo, tú que dispones de la paz y de la guerra; tú que posees, como Dios, el don de cegar a los pueblos a quienes quieres perder, continúa impertérrita tu marcha!
Ramiro de Maeztu
Baldía y fea como una rodilla desnuda es mi alma. Busco un poema que no encuentro, el poema de un cuerpo a quien la desesperación pobló súbitamente en su carne, de mil bocas grandiosas, de dos mil labios gritadores.
Roberto Arlt