Ansío verte a la luz de la mañana, ansío tenerte cerca por la noche, quédate, dama, quédate, quédate mientras nos quede algo de noche.
Bob Dylan
Un hombre tiene que tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo.
Eduardo Chillida
Difícil cosa es soportar la desgracia, pero mucho más difícil soportar la felicidad.
Friedrich Hölderlin
El trabajo es nuestro mejor modo de escamotearnos a la vida.
Gustave Flaubert
Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas.
Isabel Allende
Frente a la mentira y la calumnia tiene que ganar la decencia de Paco Camps, el más honorable de todos los valencianos y el más honorable de todos los españoles.
Jaime Mayor Oreja
Todo en las mujeres es corazón; hasta la cabeza.
Jean Paul
Al cabo de seis horas pedaleando al límite, se siente paz.
Lance Armstrong
Escúchame bien. Correr aventuras es emocionante, intenso. Pero nada, ¿Me oyes?, nada vale tanto como para dar la vida por ello. Nada. No lo olvides nunca.
Laura Gallego García
Una mirada de susto o de sorpresa de una de ustedes cuando yo hablaba duramente, me corregía como ningún reto podría hacerlo; el amor, el respeto y la confianza de mis niñas era la recompensa más dulce que pudieran recibir mis esfuerzos para ser la mujer que ellas debían imitar.
Louisa May Alcott
Tienes una piedra en el corazón, y hay días en que pesa tanto que no se puede hacer nada.
Patrick Rothfuss
Entre dos hombres iguales en fuerza, el más fuerte es el que tiene la razón.
Pitágoras
Dentro de una gota hay un universo entero. Lo particular nos dice más que lo general; nos resulta más asequible.
Ryszard Kapuściński
El amigo en mi adversidad siempre será mayormente apreciado. Puedo confiar mejor en los que ayudaron a aliviar la tristeza de mis horas de oscuras que los que están tan dispuestos a disfrutar conmigo el sol de mi prosperidad.
Ulysses S. Grant
Vale más tener un modesto origen y vivir satisfecho entre los humildes, que pavonearse en un enojo espléndido y revestir una tristeza de oro.
William Shakespeare
El príncipe de las tinieblas es un caballero, a quien llaman Modo y Mahu.