Hay miradas que desdicen las palabras que salen por la boca.
Blanca Miosi
Toda persona anónima es perfecta.
Antonio Porchia
Como a un día de fiesta convocaste a mis miedos.
Armando Uribe Arce
No hay descanso para mí en este mundo. Tal vez en el siguiente.
Cillian Murphy
Me maravillo de lo que he conseguido no ver.
Fernando Pessoa
La traición se comete muchas más veces por debilidad que por un designio premeditado de traicionar.
François de La Rochefoucauld
No obliga tanto la dádiva cuanto el modo de hacerla.
Ippolito Nievo
Más peligroso es el fanático religioso que el líderreligioso.
Ismael Leandry Vega
El humanista llamado de izquierda considera su principal cuidado velar por los valores humanos; no pertenece a ningún partido, porque no quiere traicionar lo humano, pero sus simpatías se inclinan a los humildes; a los humildes consagra su bella cultura clásica.
Jean-Paul Sartre
Mi cazador de libélulas, ¿hasta donde se me habría extraviado hoy?
Kaga no Chiyo
Las actividades que nos gustan nos llenan de energía incluso cuando estamos agotados físicamente. Las actividades que no nos gusta hacer nos agotan en unos minutos, incluso si las abordamos en buenas condiciones físicas.
Ken Robinson
En mi opinión, la expansión de la libertad económica traerá en consecuencia mayores libertades políticas.
Milton Friedman
La pasión en decadencia, la emoción en banca rota; sufrirá la descendencia, las infamias de tu boca.
Ricardo Arjona
Verás, yo pongo la mano en la espalda de mi pareja, ¿No? Pues si me da la sensación de que más abajo de la mano no hay nada, ni trasero, ni piernas, ni pies, ni nada, entonces es que la chica es una bailarina fenomenal.
Salinger
Las personas que llegan a ocupar los buenos puestos son las proactivas, aquellas que son soluciones para los problemas, y no problemas ellas mismas, que toman la iniciativa de hacer siempre lo que resulte necesario, congruente con principios correctos, y finalmente realizan la tarea.
Stephen Covey
Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios.
William Shakespeare