En mi caso el amor es sólo sufrimiento.
Blake Lively
No hay en sí un texto sagrado: lo sagrado se lo otorga el lector.
Alejandro Jodorowsky
La grandeza no consiste en recibir honores, sino en merecerlos.
Aristóteles
¿Y no te parece que hay algo de repugnante y de impío en esa infelicidad que olvida al infortunio? ¿Y no te parece que Dios debe negar la entrada en su reino al dichoso que no lleve sobre su cabeza la bendición de algún triste?
Concepción Arenal
No, soy yo, el que le da las gracias a usted... Por haberla encontrado...
Fiódor Dostoyevski
No aceptamos lo dado, de ahí la fantasía.
Gabriel Zaid
El hombre no vive en el mundo nada más que una vez.
Goethe
No es correcto dejar que nos domine el enfado, porque este solo sembrará semillas de futuro sufrimiento.
Gueshe Kelsang Gyatso
¿Quién es libre? El sabio que puede dominar sus pasiones, que no teme a la necesidad, a la muerte ni a las cadenas, que refrena firmemente sus apetitos y desprecia los honores del mundo, que confía exclusivamente en sí mismo y que ha redondeado y pulido las aristas de su carácter.
Horacio
¿Imagináis como es el tiempo que transcurre lejos del ser amado? ¿En el que no se puede oír su voz, en el que no se puede gozar de su mirada? ¿No es pedir a un hombre que exista separado de su alma?
Marqués de Sade
nos esperaba una de esas limusinas de color negro y matrícula SCV (Stato della Cittá del Vaticano) que poseen todos los cardenales para su uso personal, y a las que los romanos, que son gentes muy socarronas, han cambiado el significado por Si Cristo lo viese.
Matilde Asensi
El secreto de un buen equipo está en el orden, que todos sepan lo que hay que hacer.
Pep Guardiola
Estamos protegidos por filtros que atenúan todas las señales que nos llegan del exterior.
Ramón J. Sender
Mientras viváis en este mundo, tratad de hacer algo bueno que perdure después de vuestra muerte.
Robert Baden-Powell
La dependencia de las personas de la televisión es el hecho más destructivo de la civilización actual.
Robert Spaemann
Recuerda que estamos locamente enamorados, así que puedes besarme cuando quieras.
Suzanne Collins