La principal enfermedad del hombre es la curiosidad inquieta de lo que no puede conocer.
Blaise Pascal
Por lo visto, no va quedando ya ningún patriotismo anónimo, que es el grande.
Ángel Ganivet
Los más viles entre los hombres son aquellos que no dan ningún fruto en la tierra. Tales hombres son en verdad considerados entre los muertos; es más, ante la vista de Dios, mejores son los muertos que esas almas ociosas y despreciables.
Baha'ullah
Si puedo traer alegría en el mundo, si puedo conseguir que la gente deje de pensar en el dolor por un momento, o el hecho de la mañana por la mañana van a levantarse y decirle a su jefe 'fuera'... entonces voy a tener éxito.
Bobby McFerrin
Porque las cosas y las personas que sólo se han visto con los ojos de la imaginación pueden seguir viviendo y siendo iguales, aunque desaparezcan en la realidad.
Carmen Martín Gaite
No me gustan las novedades.
Clea DuVall
Si no viene el vendrá otro mejor o parecido.
Enrique Cerezo
No hace la codicia que suceda lo que queremos, ni el temor que no suceda lo que recelamos.
Francisco de Quevedo
En verdad, la política exterior es la guerra, en el sentido de que no existe política exterior plausible si no comporta la amenaza de una guerra.
Jean-François Revel
México, donde termina la civilización y comienza la Cultura de la Carne Asada.
José Vasconcelos
Donde hay amor hay ingentes, interminables, cantidades de sufrimiento. El que causas, el que te causan.
Juan Gómez-Jurado
En esta vida lo más importante no es caerse, sino levantarse con más fuerza.
Juan José Ibarretxe
Esas flores de cerezo que tanto me embelesaron desaparecieron de la tierra.
Kobayashi Issa
No, no, no, se dijo Matute. En este mundo no se llega a nada por medio de la venganza. Vengarse sólo hace que uno se quede atrás. La mejor venganza es llegar a ser tan rico que los demás deban llamarlo a uno señor; ésa es la forma de vengarse de esta clase de tipos.
Orson Scott Card
El clavo más alto es el que primero recibe el martillazo.
Patrick Rothfuss
Había aprendido en la Escuela todo lo que podía saberse de dragones, pero una cosa es leer sobre ellos y otra tenerlos delante.
Ursula K. Le Guin