Me metí en el heavy metal para que me chuparan la polla. Ahora sigue siendo importante, pero también hay otras cosas.
Blackie Lawless
Francia no puede ser Francia sin la grandeza.
Charles de Gaulle
Tan sola no me has dejado, que estoy conmigo y me basta, igual que siempre lo he estado.
Concha Méndez
Una pintura requiere un poco de misterio, algunas imprecisiones y fantasías.
Edgar Degas
La primera verdad es que la libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del poder en manos privadas hasta el punto de que se convierte en algo más fuerte que el propio estado democrático. Eso, en esencia, es el fascismo la propiedad del estado por parte de un individuo, de un grupo, o de cualquier otro que controle el poder privado.
Franklin D. Roosevelt
Ante la obligación de decir también algo sobre mi carácter y mi temperamento, el más indulgente de mis lectores no será ni el menos sincero ni el más falto de ingenio.
Giacomo Casanova
Es como follar de mantenimiento, para mantener la maquinaria engrasada.
Javier Cámara
Nunca he trabajado buscando premios. Hago tanto por recibir premios como por ir a la cárcel, pero no me consideren desagradecido hacia este honor; es sólo que ni premios ni cárcel podrán nunca apartarme del camino que me he trazado.
Lech Walesa
La organización está bien, pero el control es mejor.
Lenin
Ningún hombre tiene la oportunidad de disfrutar de un éxito permanente hasta que empieza a buscar en el espejo la verdadera causa de todos sus errores.
Napoleon Hill
Detén tu marcha y trata de ser feliz. ¿Por qué te afliges, pequeña mía? Dame vino; la noche se acerca.
Omar Jayam
La gente anciana es peligrosa, puesto que no le tiene temor al futuro.
Peter Ustinov
El abogado siempre tiene prisa.
Platón
He aquí un buen criterio para medir al genio: observad si progresa o sólo da vueltas sobre sí mismo.
Samuel Taylor Coleridge
Una de las ventajas de vivir solo era que podías hablar contigo mismo en voz alta sin que nadie se preguntara si estabas loco.
Stephen King
Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados.
Talmud