Me siento increíblemente honrada al habérseme pedido que escribiera una canción y la cantase en los Juegos Olímpicos. La canción está escrita desde el punto de vista del océano que rodea toda la tierra y observa a los humanos para ver cómo les está yendo después de millones de años de evolución. No ve fronteras, diferentes razas o religiones que siempre han estado en el centro de estos juegos.