El amor. Un vinculo terrible. Y aun así, que fácil es cercenarlo.
Bill Nighy
En los circuitos de ajedrez, donde se oye hablar a muchos fuertes jugadores, existe la común creencia graciosa de que ningún tipo de ejercicio puede cambiar la fuerza de un jugador. Sin embargo, la experiencia de muchos jugadores de muy diferente fuerza de juego demuestra que lo contrario también es verdad.
Aleksandr Kótov
Para hacer de una casa un hogar se requiere vivir mucho en ella.
Eddie Guest
Las demás gentes están hambrientas, pero el alma de un artista está eternamente sedienta.
Emanuel Geibel
Mira delante de ti la suerte de los que fueron; mira delante de ti la suerte de los que serán.
Emilia Pardo Bazán
Nos vamos pareciendo a Israel: dos naciones en un mismo territorio, una explotadora y la otra explotada.
Esteban Garaiz
Rehusar las alabanzas es desear ser alabado dos veces.
François de La Rochefoucauld
¿No es más bella la vida de mi corazón desde que amo?
Friedrich Hölderlin
¡Tedio cruel! Solo por olvido no te han hecho los autores de las penas del infierno figurar entre ellas.
Giacomo Casanova
Que Zapatero y Llamazares discutan conmigo a ver qué saben de la derecha y de la izquierda.
Gustavo Bueno
Sólo hay dos clases: la de la gente de quien me fío y la contraria.
Henry James
Se ha apoderado de ciertos doctores una desgraciada e inhumana complacencia, una compasióncriminal que les lleva a poner su almohadilla bajo los codos de los pecadores.
Jacques-Bénigne Bossuet
Tu espejo es un sagaz te sabe poro a poro, te desarruga el ceño te bienquiere te pule las mejillas te despeina los años, o te mira a los ojos te bienquiere te depura los gestos te pone la sonrisa te transmite confianza te bienquiere, hasta que sin aviso sin pensarlo dos veces se descuelga del clavote destroza.
Mario Benedetti
Herir a un oponente es herirte a ti mismo. El arte de la paz es controlar la agresión sin producir daños.
Morihei Ueshiba
La mejor manera de resolver los problemas es discutiéndolos con libertad.
Thomas Macaulay
No se puede conquistar una idea con un ejército.
Thomas Paine