Me siento orgulloso de ser estadounidense. Debido a que un norteamericano puede comer cualquier cosa sobre la faz de esta tierra, siempre y cuando él tenga dos pedazos de pan.
Bill Cosby
El ajedrez no es para mí un juego sino un arte. Sí, considero que es un arte y me hago cargo de todas las obligaciones que eso implica. Todo ajedrecista destacado y con talento no es que tenga el derecho sino que tiene la obligación de considerarse artista.
Alexander Alekhine
Cuando sobre tu pecho mi alma fue apaciguada, y la dulce criatura, tuya y mía, deseada, yo puse entre tus manos toda mi fantasía.
Alfonsina Storni
La definición más profunda de la juventud es la vida aún no afectadas por la tragedia.
Alfred North Whitehead
En el caso del vampiro que nos ocupa, todas las fuerza ocultas de la naturaleza, profundas y poderosas, deben haberse unido de alguna forma monstruosa.
Bram Stoker
¡Oh! Llevas tal veneno en tu alma, que no te dejaría descansar ni en el Paraíso.
Charles Jeremiah Wells
Y si uno no acepta que algunos de los términos medios son distintos entre sí, no puede, sin caer en el absurdo, negar que los extremos son idénticos.
David Hume
Y en el milagro extraño de ser tu niño, revivo la presencia de tu cariño.
Homero Manzi
Lo terrible en cuanto a Dios, es que no se sabe nunca si es un truco del diablo.
Jean Anouilh
Del trampolín de mi espalda muchos saltaron, lo sé, nunca podré saber la altura que he prestao, en cambio, me han reprochado el no quedarme de a pie.
José Larralde
La única fe salvadora es la que se arroja así en Dios, para la vida y para la muerte.
Martin Heidegger
Los que de veras buscan a Dios, dentro de los santuarios se ahogan.
Proverbio Árabe
La promiscua lectora lee y hace el amor, sin pestañear, y sin mover los labios.
Sandro Centurión
La voluntad no es libre, es un fenómeno vinculado por la causa y el efecto, pero hay algo detrás de la voluntad que es libre.
Swami Vivekananda
Si querer entender de todo es ridícula presunción, servir sólo para una cosa suele ser falta no menor.
Tomás de Iriarte
Y en ese momento toda la verdad se hizo patente ante mí e hice lo que constituyó el punto culminante de la primera fase de mi reacción psicológica: borré de mi conciencia toda vida anterior.
Viktor Frankl