No hay nada malo en América que no pueda ser curado por lo que es correcto en América.
Bill Clinton
Da igual lo diferentes que seamos, todos queremos lo mismo.
Anna Kendrick
A veces también el silencio es una opinión.
Anónimo
Me gusta mucho el sonido de las palabras: oírlas, percibirlas, volverlas a nombrar, repetírmelas hasta que me las aprendo y capto su sonido. Podría decir que la música del idioma es lo que me atrae más.
Daniel Sada
A los ojos de un cobarde, la grulla que vuela sobre los arrozales parece un estandarte enemigo y le hace temblar de miedo.
Eiji Yoshikawa
No desperdicies lágrimas frescas en dolores pasados.
Eurípides
El poder arbitrario es más fácil de establecer sobre las ruinas de la libertad maltratada por el libertinaje.
George Washington
En la mayor miseria de nuestra vida siempre hay algo en nosotros que quiere sentirse superior a nosotros mismos. Nos despreciamos demasiado si no creyésemos valer más que nuestra vida.
Jacinto Benavente
Ni pueblos ni hombres han de ser medrosos que lleguen a tener miedo de sí mismos. En buena hora que la política sea artística, y pocas ciencias requieren tanto arte y mesura y estudio y buen gusto como ella. Pero ha de ser sincera.
José Martí
En Guatemala, cada veinte años, retrocedemos veinte.
Luis Alfredo Arango
Esa cosa llamada estilo sobre la que tanto insisten es solo un error que nos conduce a dejar un rastro personal.
Orhan Pamuk
Es muy bueno, abre espacios, no se cansa de correr y sus movimientos hacen buenos a la gente que tiene a su lado. Es un jugador muy solidario. Teniendo un padre que trabaja en una gasolinera no puede ser un mal jugador. Es, además, un sol de niño, una persona encantadora y estamos encantados de tenerle con nosotros.
Pep Guardiola
Al buen callar llaman Sancho.
Proverbio
Gracias, compañero y amigo, comandante de la esperanza latinoamericana, Fidel Castro.
Salvador Allende
A veces hasta la más enconada de las envidias crece sobre una base cierta.
Santiago Posteguillo
A la derecha se hallaban las teas, alineadas ante las ruinas de un palacio inmenso, cuyos muros se hallaban cubiertos de distintas figuras; al frente se veían las gigantescas estatuas de cuatro animales, mezcla de grifo y leopardo, que inspiraban espanto.
William Beckford