El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Más el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad. (Proverbios 14:29: 9)
Biblia
Los años hanme enseñado esta lección digna de ser divulgada: la mayoría de las veces, la gente nos causa alguna ofensa más por sobra de ligereza que por falta de buenos sentimientos.
Charles Swain
He venido a Hollywood para cambiar la forma de hacer películas de guerra.
Dale Dye
- Te crees muy listo, ¿no? El que os ha contratado te hará lo mismo a ti. Antes los criminales creían en algo; honor, respeto. Mírate. ¿En qué crees tu, eh? ¿En qué crees? - En que lo que no te mata, te hace diferente.
Heath Ledger
Amor: eso que el corazón ansía dolorosamente.
J. M. Coetzee
¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido.
Juan Rulfo
No consulte a su temor, sino a sus esperanzas y sueños. No piense acerca de sus frustraciones, sino sobre su potencial.
Juan XXIII
El secreto de la felicidad, o, por lo menos, de la tranquilidad, es saber separar el sexo del amor. Y, si es posible, eliminar el amor romántico de tu vida, que es el que hace sufrir.
Mario Vargas Llosa
Si la obediencia es el resultado del instinto de las muchedumbres, el motín es el de su reflexión.
Napoleón Bonaparte
El diseño era, antes de convertirse en una magnitud predominantemente económica, un movimiento cultural cuya meta era superar la clásica cultura de la burguesía.
Otl Aicher
Los grandes héroes necesitan penas y amarguras, de lo contrario la mitad de su grandeza pasaría desapercibida. Todo es parte del cuento de hadas.
Peter S. Beagle
Me siento al piano a las nueve de la mañana y las señoritas musas han aprendido a estar a tiempo para cada cita.
Piotr Ilich Chaikovski
Si tienes una pena del corazón no la toques. Contra dolores del alma sólo hay dos medicamentos: la esperanza y la paciencia.
Pitágoras
La maestra nos dijo un día: Dibujad la radiación. Yo pinté como cae una lluvia amarilla. Y corre un río rojo...
Svetlana Alexijevich
Usted se sorprenderá cuando le diga que en los barrios más pobres de muchas ciudades donde vivimos y trabajamos, al abordar a las personas que viven en casuchas, lo primero que nos piden no es pan ni ropa, pese a que muchas se están muriendo de hambre y andan casi desnudas. Nos piden que les enseñemos la Palabra de Dios. La gente tiene hambre de Dios. Anhela escuchar Su Palabra.
Teresa de Calcuta
Se apoyaron sus brazos sobre la mesa y la rubia cabeza se desplomó pesadamente sobre ellos. Una mirada más de eterna despedida y se cerró la puerta tras de mí. Había empezado a abrirse entre nosotros el inmenso abismo de la separación.
Wilkie Collins