Prohibir el burka es penalizar a las mujeres.
Bibiana Aído
No te apropies de nada ni de nadie.
Alejandro Jodorowsky
El conocimiento viene, la sabiduría se queda.
Alfred Tennyson
El atardecer, sentado en mis rodillas se como una naranja: galopan mis días perdidos de ayer, mis días de hoy duermen.
Amaia Montero
Yo soy la única que puede gobernar mi país porque conozco a Occidente, porque quiero el progreso. Por eso muchos me quieren muerta; pero quien asesine a una mujer se quemará en el infierno.
Benazir Bhutto
Muchas de las cosas que aprendemos del trato con los otros lo aprendemos precisamente a base de golpes.
Fernando Savater
El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
Frances Ondiviela
Imagine el amor que hace falta para reinventarse sin tregua la presencia del ser amado. Esa mujer tiene razón: no porque se haya marchado ha dejado de existir. Con un poco de fantasía dentro de uno, la soledad no existe.
Marc Levy
Los ladrones son como los boxeadores. Primero pierden las piernas. Después, los reflejos. Y después, los amigos.
Michael Caine
Cada uno de nosotros es más rico de lo que se imagina; sin embargo, se nos amaestra en el arte de pedir prestado y mendigar; nos enseñan a servirnos de los otros más que de nosotros mismos.
Michel de Montaigne
Soy un hombre homosexual encerrado en el cuerpo de una mujer.
Moria Casán
El hoy es discípulo del ayer.
Publilio Siro
El único problema con el corazón, es su falta de memoria.
Roque Valero
En la maldad, nunca se mostró infecundo el espíritu de una mujer.
Shackerley Marmion
Es necesario que haya uno o varios principios y aun, en caso de existir uno sólo, que éste sea inmóvil e inmutable.
Sigmund Freud
Es el primer beso del que ambos somos plenamente conscientes. Ninguno está debilitado por la enfermedad o el dolor, ni tampoco desmayado; no nos arden los labios de fiebre ni de frío. Es el primer beso que de verdad hace que se me agite algo en el pecho, algo cálido y curioso. Es el primer beso que me hace desear un segundo.
Suzanne Collins