Quien no ha compartido la lucha Compartirá la derrota.
Bertolt Brecht
Economía: Compra del barril de whisky que no se necesita por el precio de la vaca que no se tiene.
Ambrose Bierce
Cuando vi 2001, una odisea del espacio, ya supe perfectamente que lo que quería hacer en 'Solaris' era algo completamente opuesto y diferente a ella. Me parece que cada escena es una ilustración de revista de ciencia ficción. Y no precisamente arte gráfico de buena calidad.
Andréi Tarkovski
Me motiva mucho que la gente se interese por mí
Cristiano Ronaldo
¡Es inútil! ¡es inútil intentar liberarse de la propia soledad! Hay que aguantarla toda la vida. Aunque a veces, sólo a veces, el vacío se llene!
D. H. Lawrence
Es mucho más fácil cometer un parricidio que defenderlo.
Emilio Papiniano
La sabiduría de este mundo es la madre y raíz de todos los males.
Erasmo de Róterdam
El temor no hace que no suceda lo que recelamos.
Francisco de Quevedo
Triste amor es aquel en que los amantes se acuestan por primera vez en la tumba.
Georg Christoph Lichtenberg
Como obrero que soy, tengo entendido que el realismo literario, y más aún si se trata de realismo socialista, ese realismo no consiste en dar una visión fotográfica de la vida de los trabajadores, sino en que el autor, el escritor, el novelista, el narrador, ponga de sí su ideología, es decir, que sepa volcar en el trabajador su esperanza.
José María Arguedas
Alejada de la Naturaleza, la existencia humana queda vacía de contenido.
Masanobu Fukuoka
Así es pero tiene el miedo muchos ojos, y ve las cosas debajo de tierra, cuanto más encima en el cielo.
Miguel de Cervantes
El amor nunca muere de hambre; con frecuencia, de indigestión.
Ninon de Lenclos
Aunque ellos mismos lo ignoren, ningún creador escribe para los otros, ni para sí mismo, ni mucho menos, para satisfacer un anhelo de creación, sino porque no puede dejar de escribir.
Oliverio Girondo
Amar no es anularse, sino crecer de a dos. Un crecimiento donde las individualidades, lejos de opacarse, se destacan.
Walter Riso
Unas nubes esponjosas, blancas y radiantes empezaron a iluminar la bóveda infinita de azul clarito.
Yann Martel