Llega el confusionismo político y religioso. Aparecerán predicadores de religiones falsas; hablarán de Dios, mas no Dios. Serán en la autodivinidad y explotarán el ingenuo desviado que no ve lo que de niño vio. Los ministros de Cristo y sus soldados serán los únicos que predicarán la verdad. ¡Y ellos serán!