Hitler-Mussolini. Con el mismo fin, el mismo fin.
Benjamín Solari Parravicini
Qué razón tenía Cupido al unir nuestros destinos, Te quiero!.
Anónimo
Tengo un ética y principios y no los dejo en un lado sólo para obtener un trabajo.
Bess Flowers
La espiritualidad y la ciencia verdadera (en su forma de mente abierta, sincera) son esencialmente una. Es la ciencia dominante y la religión dominante lo que ha causado la grieta aparente porque ellas son esclavas de arrogancia y dogma. Una no es ciencia y otra no es espiritualidad. Son dos polaridades de la misma falsedad.
David Icke
He aquí que desde que el ser humano abandono su cueva y conoció a individuos con distinto idioma, ideología y distinta forma de ver las cosas; la humanidad sólo ha tenido un sueño: acabar con ellos para no tener que aprender su idioma ni su manera de ver las cosas.
Eduardo Gaytán
El periodismo es el mejor oficio del mundo.
Gabriel García Márquez
No busquemos solemnes definiciones de la libertad. Ella es sólo esto: Responsabilidad.
George Bernard Shaw
La gloria, como la luciérnaga, brilla a cierta distancia; mas vista muy de cerca ni da luz ni calor.
John Webster
No hay manto ni sayo que peor siente a la mujer que el querer ser sabia.
Martín Lutero
Helando mi vientre los remos golpean las olas. Noche de lágrimas.
Matsuo Basho
El único que cambia de verdad la faz del planeta es el que ara modestamente el terruño.
Ramón Gómez de la Serna
En derredor, los pastizales renacían en silencio, chispeantes de rocío.
Ricardo Güiraldes
El fracaso es no tener el coraje de intentarlo, ni más ni menos. Lo único que se interpone entre la gente y sus sueños es el miedo al fracaso. Sin embargo, el fracaso es esencial para triunfar. El fracaso nos pone a prueba y nos permite crecer.
Robin S. Sharma
¡Adelante, pues, con nuevos bríos y ánimo alegre! Con cuidados y lágrimas no se va lejos; y si se pretende alcanzar el bien y la, justicia, se llega mejor a esa meta avanzando con alegría.
Theodor Körner
Nunca sabes lo que puede traerte la marea.
Tom Hanks
Cinco segundos de debilidad y después me levanto. Uno, dos. Tres, cuatro. Cinco.
Veronica Roth