Donde se celebra matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio.
Benjamin Franklin
Solo se es poseedor de aquello de lo cual uno puede desprenderse; de lo contrario no se es poseedor, sino poseído.
Anónimo
Allí la cruz consuela junto a la muerte.
Antonio Fernández Grilo
Ningún ser humano nace con impulsos hostiles o violentos, nadie se vuelve hostil o violento sin tomarse el tiempo necesario para aprenderlo.
Ashley Montagu
La templanza es un gran capital.
Cicerón
Cada solución da pie a una nueva pregunta.
David Hume
Así como antes no era un genio, ahora no soy un boludo. Estoy mal, muy mal, no tengo nada de confianza y lo único que puede hacerme mejorar es un milagro.
Gastón Gaudio
Ocuparse del prójimo es ciertamente un deber. Mas para que esta ocupación se convirtiese en un placer, haría falta que el prójimo fuese diferente de lo que es.
Louis Latzarus
Somos animales que buscan explicaciones, que tienden a pensar que todo tiene una causa identificable y que se agarran a la más destacada como la explicación. Pero es posible que no exista un porqué; es más, muchas veces no hay nada, ni siquiera un espectro de explicaciones posibles.
Nassim Taleb
Bien, y ahora ¿quién nos liberará de nuestros liberadores?
Nicanor Parra
No con quien naces, sino con quien paces.
Proverbio
No hay otro modo de oír música que prestándole atención. Pero prestársela a ella requiere descentrarla de nosotros.
Santiago Kovadloff
De nuevo empezaron los lamentos desgarradores, los típicos gritos hidro-cefálicos, a cuya impresión dolorosa sólo el médico es capaz de resistir, precisamente porque los reconoce como un fenómeno típico. Lo típico deja frío, sólo lo individual es capaz de trastornarnos. Así se explica la ecuanimidad de la conciencia ante el dolor.
Thomas Mann
No hay escritorcillo, por fútil y mínimo que sea, que no imagine ser y valer alguna cosa.
Wilhelm Hauff
A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada.
Winston Churchill
Sentí entonces un gozo que casi podría definir como terror. Ésa ha sido, desde entonces, la actitud con la que me he enfrentado a la vida: querer escapar de todo lo esperado con excesivas ansias, de todo lo que previamente había adornado exageradamente con mis fantasías.
Yukio Mishima