No perdáis el tiempo. Ocupaos siempre en alguna cosa útil. Absteneos de toda acción que no sea necesaria.
Benjamin Franklin
Dios ha prometido el perdón a vuestro arrepentimiento, pero Él no ha prometido el mañana a vuestra dilatación.
Agustín de Hipona
La sed de los recuerdos tendrá lluvia de olvido.
Aída Cartagena Portalatín
Vivimos juntos y actuamos y reaccionamos los unos sobre los otros, pero siempre, en todas las circunstancias, estamos solos.
Aldous Huxley
Ni (hay) fama que así perezca como el buen nombre en el malo.
Alonso de Barros
La gente que deja de creer en Dios, o en la bondad, sigue creyendo en el demonio.
Anne Rice
Todo lo que ocurre, desde lo más grande a lo más pequeño, ocurre necesariamente.
Arthur Schopenhauer
Me enseñaron que todos nacemos con un número determinado de respiraciones, las cuales no debemos malgastar. Cualquier cosa que nos haga respirar rápidamente debemos desecharla, por ejemplo: la rabia, el miedo, el apuro. Debemos tratar de conservar la calma en todos los aspectos de nuestras vidas.
Blanca Miosi
La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente.
Carmen Martín Gaite
Si la sociedad sigue a este paso creo que veremos místicos otra vez, como los hubo en todas las épocas oscuras. Y la humanidad, como la tribu judía en el desierto, se pondrá a adorar a toda suerte de ídolos.
Gustave Flaubert
Me dediqué a la política únicamente porque Joe murió; si algo me ocurriera a mí mañana, Bobby continuaría..., y si Bobby muriera, Teddy ocuparía su lugar.
John F. Kennedy
El comunismo tiene que ser libre como el amor, es decir, tiene que ser anarquista o no existir.
Librado Rivera
Debemos creer en el poder y la fuerza de nuestras palabras. Nuestras palabras pueden cambiar el mundo.
Malala Yousafzai
La muerte es una deuda.
Richard Brinsley Sheridan
Ni siquiera sabía su nombre. Y si no sabía su nombre, entonces no supe nada y jamás he sabido absolutamente nada, puesto que lo único que quería saber era su nombre, y cómo no iba a dejarme ajando, había estado haciendo el amor con una mujer que ni siquiera sabía su nombre.
Toni Morrison
El placer de odiar, como un mineral venenoso, roe el corazón de la religión y la torna rencor doliente e intolerancia.
William Hazlitt