El que es parco en palabras es pródigo en sentido.
Benjamin Disraeli
La ausencia de proyectos es la madre de la delincuencia.
Charles Henry Parkhurst
La protesta de los pobres la escucha hasta dios, pero no llega al oído del hombre.
Félicité Robert de Lamennais
Oiré la voz y obedeceré. ¡Estaré atento y abierto! A las puertas de mi ausencia está llamando la Verdad y la Vida. Tendré encendida mi lamparilla, el entendiendo.
Fernando González Ochoa
No creo en casi nada que no salga del corazón.
Fito Páez
Cada casa es una misión, yo estoy construyendo casas que predicen el fin del presente orden social.
Frank Lloyd Wright
Si conservas tu rostro dirigido al sol, nunca verás las sombras.
Helen Keller
Vale más perderse que salvarse solo. Querer tener razón, sin querer al mismo tiempo compartirla con otros, es un crimen contra toda su especie.
Henri-Frédéric Amiel
El paraíso de Mahoma o la unión delicuescente de los teósofos y místicos con la divinidad, conforme cada uno sienta, impondría a la razón su monstruosidad, y tanto valdría no tener ninguna como entregarla de tal modo a todos los ensueños.
Immanuel Kant
Parece tonto, pero me dije que el amor es sentir cómo se infla el corazón al respirar un jersey viejo.
Katherine Pancol
Las decisiones, en particular las importantes, siempre me han dado sueño, tal vez porque sé que tendré que tomarlas por instinto, cuando lo que otras personas me dicen que debo hacer es resolverlas pensando.
Lillian Hellman
Las leyes mantienen su crédito, no porque sean justas, sino porque son leyes.
Michel de Montaigne
Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella.
Montesquieu
La misión del escritor no consiste en decir lo que piensa, sino en decir lo que los otros creen que han pensado alguna vez.
Noel Clarasó
En el fondo, un poema no es algo que se ve, sino la luz que nos permite ver. Y lo que vemos es la vida.
Robert Penn Warren
Mira por tus soldados como miras por un recién nacido; así estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos; cuida de tus soldados como cuidas de tus queridos hijos, y morirán gustosamente contigo.
Sun Tzu