Contenta Isidora de esto, comprendió cuánto influye en la formación del carácter del hombre el ambiente que respira, las personas con quienes tiene roce, la ropa que viste y hasta el arte que disfruta y paladea.
Benito Pérez Galdós
Comprendí que la sed de disfrutar que nace en cada momento de voluptuosidad, se anticipa al gozo, de la misma manera como existen respuestas listas para cualquier pregunta.
André Gide
Haz siempre lo que te salga del corazón (como ahora) y no temas equivocarte.
Armando Palacio Valdés
La soledad ofrece al hombre colocado a gran altura intelectual una doble ventaja: estar consigo mismo y no estar con los demás.
Arthur Schopenhauer
La copa está, sólo apenas por la mitad pero tú, que felicidad... No la ves vacía, vuelve a mirar, imagina y vuelve a pensar que te puedes emborrachar, pero de alegría.
Eladia Blázquez
Me conformo con lo que me dan por miedo a salir a buscar lo que realmente deseo.
Elísabet Benavent
Los dioses ayudan a los que se ayudan a sí mismos.
Esopo
Donde uno no puede amar más debe pasar de largo.
Friedrich Nietzsche
Empieza a sobrarme un poco de pasdo. Ya no sé dónde meterlo ni qué hacer con el. Eso quiere decir que me estoy volviendo viejo.
Julio Ramón Ribeyro
Fue el fuego de las bombas el que quemó mi cuerpo. Fue la habilidad de los doctores la que curó mi piel. Pero fue necesario el poder del amor de Dios para sanar mi corazón.
Kim Phuc
Felizmente, se observa en nuestras gentes, que sacudido el antiguo adormecimiento, manifiestan un espíritu noble, dispuesto para grandes cosas y capaz de cualesquier sacrificios que conduzcan a la consolidación del bien general.
Mariano Moreno
Esta es la última vez que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós.
Miguel Angel Granados Chapa
Amonesta a los amigos en secreto, alábalos en público.
Publilio Siro
Hasta una falsa alegría suele ser preferible a una verdadera tristeza.
René Descartes
El que ama, corre y vuela alegremente, porque anda libre y desembarazado.
Tomás de Kempis
El movimiento de las olas, día y noche, viene del mar, tú ves las olas, pero, ¡qué extraño! no ves el mar.
Yalal ad-Din Muhammad Rumi