Autorizo a vuestra excelencia a emplear todos los medios de guerra, digo todos, sea aéreos como terrestres. Máxima decisión.
Benito Mussolini
La vida es un juego del que nadie puede en un momento retirarse llevándose sus ganancias.
André Maurois
No estamos en este mundo para vivir nuestra vida, sino la de los otros. Las mayores alegrías, por otra parte, no son las que nosotros mismos gozamos, sino las que procuramos a los demás.
Barón Pierre de Coubertin
Sara, Sara, donde quiera que viajemos nunca estamos separados. Sara, oh Sara, hermosa dama, tan querida por mi corazón.
Bob Dylan
La música despierta en nosotros diversas emociones, pero no las más terribles, sino más bien los pensamientos dulces de ternura y amor.
Charles Darwin
No creas en ti mismo, no te engañes con la creencia. El conocimiento viene con la liberación de la muerte.
David Bowie
La amistad es pródiga, mas el amor es avaro.
Jean-Jacques Rousseau
Los niños que necesitan más amor, siempre lo buscan de las formas menos cariñosas.
José Antonio Marina
La poesía debe ser hecha por todos y no por uno.
Juan Gelman
Desde el puñal que evoco tu sonrisa él duerme los cuentos que le diste se abren eco el Robin Hood doblaba nuestra esquina muerto la mansedumbre que crecía cuervos.
Liliana Celiz
Para salir de las dificultades es necesario tener miedo. No hace falta otra arma o virtud. El hombre que no tiene miedo está perdido. Un día u otro caerá.
Louis-Ferdinand Céline
Cuando un hombre sufre un accidente en la vía pública, echa una mirada a su cartera; la mujer se echa una mirada en el espejo.
Maraget Turnbull
La gran victoria que hoy parece fácil fue el resultado de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas.
Paulo Coelho
Todo progreso está basado en el deseo universal e innato por parte de cada organismo de vivir por encima de sus posibilidades.
Samuel Butler
Era el hijo menor, y la tradición familiar mandaba a los hijos menores a una iglesia u otra, donde no pudieran hacer mucho daño en el aspecto físico. Pero el exceso de lectura se había cobrado su precio. William descubrió que ahora rezar le parecía una forma sofisticada de suplicarle a las tormentas.
Terry Pratchett
Los ojos se le habían transformado en huevos de cristal inestable que vibraban con una frecuencia de algo que llamaban lluvia y un ruido de trenes, haciendo brotar de golpe y entre zumbidos un bosque de espinas de cristal, finas como cabellos.
William Gibson