Los dos poderes más apreciados en un autor son: convertir en familiares las cosas nuevas y en nuevas las familiares.
Ben Jonson
¡Ah! lo maravilloso de una casa no es que ella nos abrigue, que nos caliente, ni que uno sea dueño de sus muros. Sino más bien que haya depositado lentamente en nosotros estas provisiones de dulzura. Que ella forme, en el fondo del corazón, ese macizo oscuro del cual nacen los sueños como aguas de manantial.
Antoine de Saint-Exupéry
Intenta convencerte de que la muerte no debe ser temida: de hecho ésta, si no es un bien, es al menos el fin de todos los males.
Catón
A menos de que todo empeore, nada puede mejorar.
Chuck Palahniuk
¡Que poco se requiere para ser feliz!... El sonido de una gaita.
Friedrich Nietzsche
Si se me pide que nombre el principal beneficio de la casa, debería decir: la casa alberga un día soñando, la casa protege el soñador, la casa le permite a uno soñar en paz.
Gaston Bachelard
¡Corona de la vida, felicidad sin interrupción eres tú, oh, amor!
Goethe
Ya contemplo al valiente guerrero que hasta en sueños su mano esforzada, busca incierta, anhelosa, la espada para herir al soberbio invasor.
Guillermo Prieto
Nada hay en la naturaleza tan mudable como la forma de un sombrero femenino.
Joseph Addison
Yo renuncié a comer carne cuando era joven y llegará el tiempo en que los hombres condenarán, como yo, al asesino de animales del mismo modo como se condena al asesino de hombres.
Leonardo da Vinci
El que no castiga el mal, incita a que se cometa.
Gran arte se recoge donde la naturaleza termina.
Marc Chagall
Las mujeres están dominando en la música ahora mismo, porque somos seres muy competitivos.
Rihanna
Me gusta jugar contra tipos que me han derrotado al principio de mi carrera, tratar de vengarme. Creo que será interesante ver cómo ambos hemos mejorado.
Roger Federer
Cuando eres joven todo es más fácil, basta con que esa persona te deje medio atontado.
Sam Rockwell
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Sun Tzu