Entonces, habrá llegado el momento de soltarlos. Y arrastrarán todo. Las canciones de cuna, las imágenes, los olores, los besos antes de dormir. Y se irán, con nuestros gestos y con nuestros rasgos, con nuestras palabras que aprendieron copiándonos. Con sus sueños, con sus miedos. Y a pesar de nuestros miedos.