El que se adelanta a confesar el defecto propio, cierra la boca a los demás.
Baltasar Gracián
El odio es en la mujer más violento que en el hombre, porque es odio de un ser inferior.
Etienne Rey
Es que me deleito tanto escuchándome inventarte en mi prisión es mi sueño preferido y no quisiera un día notar que este encuentro no me sucedió jamás.
Fernando Delgadillo
Hay una moral femenina y una moral masculina como capítulos preparatorios de una moral humana.
Henri-Frédéric Amiel
Los hombres construyen puentes y tienden vías férreas a través de desiertos, y, no obstante, sostienen con éxito que coser un botón es tarea superior a ellos.
Heywood Hale Broun
Unos 500.000 científicos de todo el mundo dedican sus conocimientos al estudio de armas más sofisticadas y mortíferas.
Javier Pérez de Cuéllar
Quien piensa en sí, no ama a la patria.
José Martí
El que ha de tener verdadera ciencia de las cosas ha de estar firme y quieto, sin temor ni recelo de lo que podría engañar; y el filósofo que no está de esta manera, con mucha verdad podrá decir y afirmar que no sabe nada.
Juan Huarte de San Juan
En la vida hay que aprender a ser discreto.
Julia Navarro
Toda institución reposa sobre una montaña de secretos.
Julian Assange
Programa de Mirtha Legrand.-¿Es cierto que lo acusan de enriquecimiento ilícito? Juez: -Mire, a mí deberían acusarme de empobrecimiento lícito.
Luis Juez
Albergue pobre. Los gemidos del perro en la lluvia nocturna.
Matsuo Basho
¿Estupidez? ¿Ingenuidad? ¿Política?... Seamos argentinos, gritan algunos... Sin advertir que la nacionalidad es algo tan fatal como la conformación de nuestro esqueleto.
Oliverio Girondo
Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima.
Pablo de Tarso
La privatización de sectores públicos es ineficiente.
Tony Judt
¡Oh ruiseñor! Tú eres de ardiente corazón: tus notas nos penetran, nos penetran, tumultuosa, indómita armonía. Cantas como si el dios del vino te dictara un mensaje de sátira amorosa: una canción de burla y de desprecio a la sombra, al rocío y a la noche callada y a la ventura firme y a todos los amores que descansan en esos tranquilos bosquecillos.
William Wordsworth