No esperes que aquellos que violan las disposiciones de Dios sean veraces o sinceros en la fe que profesan. Evítalos y mantén guardia estricta sobre ti, no sea que sus maquinaciones y maldades te dañen. Apártate de ellos y fija tu mirada en Dios, tu Señor, el Todoglorioso, el Más Generoso.