Soy una adolescente normal. He pasado por estar enojada con mis padres, con los chicos y con muchas personas con las que me relaciono. Escribo cosas honestas, y muchas personas han pasado por lo mismo que yo; cada adolescente lo ha hecho.
Avril Lavigne
No hay perfección donde no hay elección.
Baltasar Gracián
A nadie se le puede convencer de verdad de lo que no necesita creer.
Carlos Ruiz Zafón
Nadie tan aficionado a secretos como aquel que no hace intención de guardarlos.
Charles Caleb Colton
Las mujeres anhelan una educación que les enseñe a enseñar, que les enseñe las reglas de la mente humana y cómo aplicarlas.
Florence Nightingale
Si pudiérais soñar sin límites, ¿qué soñaríais?
Hugh Jackman
Existe una delgada línea entre la arrogancia y la confianza en uno mismo, y esta última, si es legítima, es un caballo ganador.
Jack Welch
Porque hermosura tanta en vos ve el mundo que no le asombra el ver que quien os hizo es el autor del cielo y las estrellas.
Luís de Camões
Y al pie de una resquebrajadura enorme y suntuosa, como pórtico de vieja catedral, Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con el cañón de su fusil.
Mariano Azuela
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Miguel Hernández
Estas chicas tienen síndrome de cenicienta: viven en un mundo prestado.
Moria Casán
Yoko Ono es muy amiga nuestra. Debo admitir una cosa: a mí, al principio, Yoko no me gustaba. Y la razón por la que ella no me gustaba era porque me estaba quitando a mi amigo, a John.
Ringo Starr
Las ciencias no son sectarias. Las personas no se persiguen unas a otras por cuenta de desacuerdos en matemática. Las familias no se dividen acerca de la botánica, y la astronomía no tiende a hacer a un hombre odiar a su padre y a su madre. Nos perseguimos unos a otros sobre lo que desconocemos.
Robert G. Ingersoll
La sociedad valora mucho su hombre normal. Se educa a los niños para que se pierdan a sí mismos y así llegar a ser absurdos, es decir, hombres normales.
Ronald David Laing
Entre él cumulo de terribles desgracias que afligen a nuestra amada Patria, ninguna tan terrible y aflictiva, juzgada en sí misma cada una de ellas, como el roce de sus hijos con los hijos de la nación española.
Sabino Arana
Cuando una persona ya no puede reírse de sí mismo, es hora de que otros se ríen de él.
Thomas Szasz