Cual es mi secreto de belleza? No lo tengo claro. Mi único secreto es lavarme todas las noches los dientes.
Avril Lavigne
Quién pudiera ostentar, como una brida, el arco iris sin par de tu mirada desde tu luz a mi negror caída.
Antonio Gala
No es que este tratando de brutos a todos los demás, no por favor. Pasa que hay cosas que realmente duelen. Mucha gente sueña con una familia, con hijos, y con todas esas cosas. Y cuando ve que sus hijos no lo pueden tener, se asustan, se sienten mal, se ponen realmente muy mal, los agreden, los tratan realmente mal, los hacen sufrir. Y los dejan solos. Entonces uno adquiere como una fuerza extra.
Celeste Carballo
Al carajo con la verdad. El estilo es más importante: cómo hacer una por una cada cosita.
Charles Bukowski
La vida ha dejado de ser un chiste para mí; no le veo la gracia.
Charles Chaplin
La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero.
Coco Chanel
La esencia de la felicidad consiste en que aceptes ser el que eres.
Erasmo de Róterdam
Es dañino para los hombres superiores el que un villano alcance prestigio por ser capaz de contener al pueblo con su lengua, alguien que antes no era nadie.
Eurípides
Fresca como las pálidas hojas húmedas de los lirios del valle al alba yace ella junto a mí.
Ezra Pound
Nunca desperdicies la oportunidad de expresar tu amor.
H. Jackson Brown
El rumor es la antesala de la noticia.
José María García
Sólo se echa a perder aquella vida cuyo desarrollo se estanca.
Oscar Wilde
Durante un segundo de lucidez tuve la certeza de que nos habíamos vuelto locos. Pero a ese segundo de lucidez se antepuso un supersegundo de superlucidez (si me permiten la expresión) en donde pensé que aquella escena era el resultado lógico de nuestras vidas absurdas.
Roberto Bolaño
Estoy cansada de ser una especie de orquídea de invernadero en un stand de flores silvestres.
Rosalind Russell
Me latía el corazón como si fuera a escapárseme del pecho. Al menos me habría gustado estar vestido. Es horrible estar en pijama en medio de una cosa así.
Salinger
Pero ella, por supuesto, me veía tumbada en la cama; y como dirá cualquiera que haya estado enamorado, es en la cama donde uno sueña; en la cama, a oscuras, cuando nadie ve que se te ponen coloradas las mejillas, aflojas el manto de represión que mantiene tu pasión atenuada a lo largo del día, y la dejas brillar un poco.
Sarah Waters