Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé! -Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;- o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Poema Los heraldos negros.
Atila
Sólo lo que hemos invertido en nuestro carácter podemos llevar con nosotros.
Alexander von Humboldt
El hombre que cree infalible a su razón está muy cercano del error.
Allan Kardec
Incluso mis propias experiencias terribles en el castillo de Drácula parecen ser como una pesadilla que se hubiese presentado hace mucho tiempo y que estuviera casi completamente olvidada, aquí, en medio del aire fresco del otoño y bajo la luz brillante del sol...
Bram Stoker
El que va acompañado de una linda mujer sabe que los amigos hallados en la calle tienen siempre más cosas que decir que cuando vamos solos.
Enrique Jardiel Poncela
El Hombre no es gran cosa junto a las grandes aves y las fieras. Con todo, preferiría ser esa bestia que está allá abajo en las tinieblas del mar.
Ernest Hemingway
Entonces se acabaría mi tranquilidad con la noticia de que mi hermano Ramón era uno de los jóvenes oficiales más activos en la conspiración contra el rey.
Francisco Franco
Nadie es tan feliz ni tan desgraciado como él mismo se imagina.
François de La Rochefoucauld
Me gusta ridiculizarme a mí mismo y no tomarme demasiado en serio. No llevaría todas estas ropas si fuera serio. Lo único que me hace seguir adelante es que me gusta reírme de mí mismo. Pero todo es fingido. Por dentro sigo siendo un músico.
Freddie Mercury
Y si la ves en Linares-Baeza dile que le he escrito este son.
Joaquín Sabina
Madrid yace envuelto en sueño, todo al silencio convida.
José de Espronceda
La religión es el opio del pueblo.
Karl Marx
Algunos niños tomamos la decisión de no molestar, con la secreta esperanza de ser finalmente reconocidos y amados por nuestra madre si no la hacemos enojar nunca.
Laura Gutman
Pienso que tu vida se muestra en tu cara y debes estar orgulloso de ello.
Lauren Bacall
Se va la primavera quejas de pájaros lágrimas en los ojos de los peces.
Matsuo Basho
Agudas saetas han atravesado mi corazón; que el cruel Amor opera ahora en país conquistado. ¿Me rendiré, o bien, con mi resistencia, aumentaré aún esta súbita llama?
Ovidio