Solo será justo nuestro orden social cuando se logre que los recursos humanos, unidos al avance técnico del país, permitan asegurar al hombre argentino la satisfacción de sus necesidades físicas y espirituales.
Arturo Umberto Illia
Conozco mil maneras de calmar tu angustia, y no hallo una sola que calme la mía.
Alejandro Lanús
¿Tal vez por eso manda usted a sus adversarios políticos a la cárcel? Lo encuentro muy lógico. Primero me encerraban ellos a mí. Ahora los encierro yo a ellos.
Benito Mussolini
Nada viaja más deprisa que la velocidad de la luz con la posible excepción de las malas noticias, que obedecen a sus propias leyes particulares.
Douglas Adams
Dentro, en tus ojos, donde calla y duerme un palpitar de acuario submarino, quisiera, licor tenue al difumino, hundirme, decantarme, adormecerme.
Gerardo Diego
No sé si los científicos tienen razón cuando dicen que la intervención médica produciría hombres fuertes y sanos. Estoy seguro de que, si así fuese, el primer acto de los hombres fuertes y sanos sería aplastar la intervención médica.
Gilbert Keith Chesterton
Entre mendigar y pedir prestado, no hay mucha diferencia.
Gotthold Ephraim Lessing
Acuérdate de conservar un alma igual en la fragosa adversidad.
Horacio
Cualquier gobernante puede hacer tonterías; lo que no se le permite es decirlas.
Léon Daudet
La vocación del arma es el blanco.
Manuel Machado
Ama a tu mujer por sus virtudes; para sus faltas sé un poco ciego.
Matthew Prior
Mmmmm... es todo lo opuesto al Musaraña. Alguien con el que me aburriré hasta la saciedad y del que nunca me enamoraré por soso y encorsetado. El candidato perfecto para cuatro polvetes, ¿no crees, Lola?
Megan Maxwell
El que sabe amar, ama la verdad, se alegra con la verdad, no la teme, porque tarde o temprano ella nos libera de todo.
Paulo Coelho
El día precedente enseña el día que sigue.
Píndaro
¡No engaña a las mujeres ningún hombre: Por regla general se engañan ellas!
Ramón de Campoamor
En su lucha contra el individuo, la sociedad tiene tres armas: ley, opinión publica y conciencia.
William Somerset Maugham